I. BIOGRAFÍA Hijo de Emilio Calcaño Sanavria y de Josefina (Pepita) Calcaño Sánchez, ambos músicos. La casa de Emilio Calcaño en Caracas era uno de los más importantes centros de reunión de artistas e intelectuales. Eran habituales las representaciones teatrales y las reuniones musicales, al punto que a su casa le llamaban los caraqueños el “nido de los ruiseñores”. Inició el estudio del piano con su padre y en 1905 con Josefina Sucre de Eduardo; en 1912 dio principio a sus estudios de violonchelo con Mercedes Rivas, discípula de Pablo Casals, y entre 1913 y 1925 se matriculó en la Escuela de Música y Declamación, en teoría musical y solfeo con Ignacio Bustamante, en piano con Salvador Llamozas y en declamación teatral con Guillermo Fernández de Arcila. Realizó actuaciones teatrales como alumno de la Escuela de Declamación, en funciones de beneficencia. En 1919, junto con Vicente Emilio Sojo y Miguel Ángel Calcaño, inició el movimiento artístico que él mismo denominó Renovación en su obra La ciudad y su música. A ese grupo se unieron más tarde los compositores Juan Bautista Plaza, Juan Vicente Lecuna y Moisés Moleiro. Se inscribió en la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, pero abandonó estos estudios para dedicarse exclusivamente a la música. Con el seudónimo de Juan Sebastián comenzaron a aparecer en el periódico El Sol y, luego, en El Heraldo, sus artículos de crítica musical y especialmente sobre ópera, que convulsionan el ambiente caraqueño. Posteriormente usó además el seudónimo Víctor Ávila. También aparecieron sus primeras colaboraciones en otros periódicos y revistas venezolanos y del extranjero, consistentes en artículos de crítica y apreciación musical, en comentarios sobre variados temas culturales y en algunos poemas. A partir de 1920 llegaron a Caracas músicos aficionados con obras de compositores contemporáneos, especialmente obras de cámara y para piano; así, Calcaño y el grupo de instrumentistas que se reunía para hacer música, tuvieron la oportunidad de conocer las nuevas tendencias europeas: Debussy, Ravel, Fauré, D’Indy, Roger-Ducasse, entre otros. En 1925 llegó por segunda vez a Caracas en gira artística el violonchelista ruso Bogumil Sykora y el 10 de octubre ofreció un concierto en el Teatro Municipal acompañado al piano por José Antonio Calcaño. Ambos partieron luego de gira por las Guayanas, noreste de Brasil y Montevideo (1925-26). En 1928 formó, junto a J. B. Plaza, V. E. Sojo y M. A. Calcaño, el grupo fundador del Orfeón Lamas, del cual fue además codirector. Al año siguiente ingresó en el servicio diplomático, como oficial de la dirección del gabinete del Ministerio de Relaciones Exteriores (1929-32), en el que desempeñó funciones en el país y en el exterior hasta 1946.