Narcís Bonet Armengol

Empezó a componer a la edad de ocho años. Su principal formación musical la recibió en su ciudad natal por los maestros Joan Massià y Eduardo Toldrá, quien presentó al niño prodigio por vez primera el 23 de mayo de 1946 en un concierto público en el Palau de la Música de Barcelona. Esta primera actuación pública llamó la atención al compositor Antonio Massana, quien destacó que “sus lieder son exquisitos, es en lo que más ha trabajado, pues tiene alma de poeta y traduce al lenguaje de los sonidos, las concepciones de los vates” (A.C.I. Barcelona, VII-1946, 139). El compositor Ekitai Ahn, ex discípulo de R. Strauss, se quedó “profundamente impresionado ante el gran talento de este niño” (ídem, 140) y estimuló a Bonet a escribir –tras un primer período dedicado preferentemente a la canción– su primera obra orquestal, La vaca cega, para gran orquesta. Poco después, Ígor Markevitch, durante su breve estancia en Barcelona, fijó su atención en el joven músico, a quien propuso continuar su formación musical en París. Bonet se trasladó en 1949 a la capital francesa, donde estudió hasta 1954 con Nadia Boulanger. En los años 1952 y 1953 ganó el primer premio de Composición del Conservatoire Américain de Fontainebleau y en 1953 la primera medalla en la clase de acompañamiento del Conservatoire National de Musique en París. Como frutos de su primera estancia de cinco años en París resultaron, junto a numerosas composiciones para piano, canto y piano, coro y conjuntos instrumentales, obras orquestales como la Cançó de bressol de la Verge para coro mixto y orquesta de cuerda (1951); la Suite de ballet para gran orquesta (1951, estrenada en Barcelona en septiembre de 1954 por la Orquesta Sinfónica de Barcelona bajo la dirección de Rafael Ferrer), y la Suite per a orquestra de corda (1952, estrenada en Barcelona el 18-III-1957 por la Orquesta Municipal de Barcelona bajo la dirección de Eduardo Toldrá). En 1954 regresó a Barcelona y fue elegido presidente de la sección catalana de Juventudes Musicales (1955-57), convirtiéndose luego en el vicepresidente para España (1956-62). De su creación musical de aquella década destaca la Missa in Epiphania Domini, para solistas, coro mixto y gran orquesta (1957), calificada por Toldrá como la partitura más importante de la música catalana, que originó, por iniciativa de Darius Milhaud, la recomendación de Bonet a la Fundación Copley de Chicago, cuyo premio de Composición del año 1958 le fue otorgado. El año siguiente la Fundación Juan March de Madrid le concedió una beca de un año para realizar su Concert per a violoncel i orquestra, encargado por el violonchelista Gaspar Cassadó (1960, estrenado en Valencia el 3-XII-1988 por Lluís Claret y la Orquesta de Valencia), que obtuvo en 1963 la segunda mención en el Concurso Internacional de Rainiero III de Mónaco.