Sinfonía fúnebre y triunfal

Obra para gran orquesta de armonía (con coros y cuerda, ad libitum) encomendada a Héctor Berlioz en 1840, para celebrar el décimo aniversario de la revolución de julio de 1830, y para acompañar la repatriación del resto de las víctimas de las «3 Gloriosas» y la inauguración de la columna de la Bastilla, en París. Fue ejecutada el 28 de julio de 1840, bajo la dirección de Hector Berlioz, a la cabeza de 200 músicos y apenas fue oída en medio del alboroto de la fiesta. Su primer movimiento, Marche fúnebre, que debió ser ejecutado varias veces durante el transcurso del desfile, es muy sobrio y recogido. El movimiento lento, Oraison fúnebre (con solo de trombón), acompañaba la bendición eclesiástica y el descenso de los cuerpos sobre la plaza de la Bastilla. En cuanto al tercero, Apothéose, debía celebrar el triunfo de los héroes de la revolución. Este final (generalmente despreciado por su carácter de regocijo militar pesado y redundante) fue acompañado por...

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